Historia

«Me dijo [mi padre] que me fijara bien en las banderas, en los escudos, en los cuarteles, en las iglesias, en las carnicerías y en las sotanas, para poder contar a mis hijos que yo había visto esas cosas raras, que no tardarían en desaparecer de la faz de la tierra» (J. L. Borges).


En Medellín, Colombia, hay un colectivo teatral llamado Matacandelas,

está cumpliendo 40 años, prematuro en acceder a sitio web, Facebook y Twitter; osado en la experimentación sonora en la época en que se consideraba que la tecnología le restaba pureza al teatro; presuroso en recolectar el agua lluvia del techo que cubre el escenario —en donde los fantasmas de sus creaciones teatrales se encuentran con el público—, agua que es luego almacenada y usada en los servicios sanitarios, el riego de plantas y la limpieza de este espacio de creación, fogón cultural de ciudad. Ser más sostenibles es, para Matacandelas, un acto social, poético, político y estético, siguiendo la frase de Pessoa: «Pon todo lo que eres en lo mínimo que hagas».

Hay quienes encuentran más rentable la destrucción del mundo, En Matacandelas, como el mago de Otraparte Fernando González, continúan creyendo que el mejor negocio es y seguirá siendo LA VIDA, la de todos los que compartimos lugar sobre la joroba de la tierra. Y si el ser humano, en esta etapa evolutiva de su inteligencia, ha sido causante de horror y destrucción, asimismo también ha hecho posible la música, la pintura, la arquitectura... Shakespeare y Jaime Jaramillo Escobar nos reconcilian un poco con la humanidad.


Recolección de agua lluvia, descuentos en boletería a quienes usan la bicicleta como medio de transporte, un día a la semana sin consumo de carne animal para el colectivo y los amigos, son algunos de sus esfuerzos por ir un poco más allá. Nuestros gobernantes son lentos y corruptos, pero Matacandelas, citando a Gonzalo Arango, quiere ser el presidente de Colombia en la calle.


En los baños del teatro, llenos de imágenes de las más de 50 creaciones escénicas del grupo, hay una placa que endosa: «Este sanitario utiliza agua lluvia; no salvaremos el planeta, pero contribuimos a prolongar su agonía». Y este pesimismo, no alienante ni petrificador, este pesimismo alimentado por el horror de lo que sucede en el mundo, es el que los empuja y les da acicate para creer, crear y soñar que otro mundo es posible [¿?], que otra patria es posible [¿?], la segunda república independiente de Colombia —la primera fue Marquetalia—: Matacandelas. Algunos llaman a esta casa: «una flor en el pavimento».


Como una de las formas de celebración de los 40 años de actividad escénica, Matacandelas realizará un sueño que empezó hace tiempo: ENERGÍA SOLAR, pero no pueden hacerlo solos. Matacandelas es la casa de todos y están buscando a quienes quieran hacer la diferencia y puedan ayudarlos en este proyecto:


«Somos el Colectivo Teatral Matacandelas y queremos seguir creando en Colectivo, por eso te invitamos a ser parte de este nuevo proyecto que busca prolongar un poco más la agonía de nuestro planeta y hacer un aporte al problema más Colectivo que tenemos como humanidad: el cambio climático».


¡Apóyanos y sé parte del proyecto Matacandelas Solar!

Comparte esta información y ayúdanos a llegar a todas partes.

(Las recompensas se reclaman en el Teatro.)




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