Historia


El pez muere por la boca reflexiona sobre la resiliencia y resistencia de pueblos costeros de Colombia en contextos de narcotráfico y pesca. La línea de playa conecta el mar (o río) con el continente (o tierra firme) donde habitan comunidades anfibias con largas tradiciones de música, baile, peinado, juego y celebración. También de agricultura, gastronomía, turismo, observación de ballenas y naturaleza. Esta paz está permeada por presencia paramilitar, violencia y narcotráfico.




El narcotráfico necesita salida a la costa para sacar su producto al mar. En estos recorridos en lanchas rápidas son interceptados por la Armada o fuerza naval de Colombia, y su forma de fuga es soltar la carga para hacer más liviana la embarcación. Los pescadores de poblaciones como Rincón del Mar, Sucre, en el Atlántico, o de Bahía Solano, Chocó, en el mar Pacífico, ocasionalmente encuentran paquetes que pueden significar los ingresos de un año de trabajo, rumbas de tres días, que ha sido llamado “pesca blanca”. Algunos sucumben a esta presión, otros se mantienen firmes ante los embates de la ilegalidad. Personajes tan macabros como Pablo Escobar o “Cadena” reinaron en estas tierras y condicionaron la vida diaria y las reglas de la comunidad. 



El pez muere por la boca es un proyecto participativo y de intervención en donde la comunidad participa en la creación de las imágenes. Los contrastes entre las tradiciones (estados pacíficos o de paz) y la presión armada (grupos paramilitares y de narcotráfico) son expresados en diferentes acciones, paisajes, cuerpos y objetos. La cotidianidad se entremezcla con la construcción de las escenas. Aquí, el acto performático se confunde con el vaivén de la realidad, como un canto a ese límite indefinido entre mar y tierra. 




El fotolibro hace parte de un universo transmedial que incluye realidad aumentada y animaciones, dibujos y maquetas, instalación y exposición, banda sonora y pieza audiovisual. Las fotografías, las maquetas, los textos, la edición de fotos y el diseño gráfico son del autor del fotolibro Santiago Escobar-Jaramillo. El escritor y periodista Simón Posada Tamayo presta su pluma en un texto que conjuga la pesca deportiva con la “pesca blanca”. Las animaciones son una colaboración entre el autor y Carlos Piedrahita, la realidad aumentada es desarrollada por Luisa María Bedoya. El fotolibro es impreso en Manizales por Matiz Taller Editorial en tiraje de 1000 ejemplares.




Cantidad: 1000 copias

Encuadernado: Tapa semi-blanda con solapas + cuerda con girador de pesca

Papel: Papel brillante de 125 y 150 gramos

Impresión: 5x5 color Tinta Sephira

Páginas: 256

Fotografías: 224

Tamaño: 18.9 x 25 cm / 7.44 x 9.84 in

Portada: Troquelado como escamas

Incluye: Póster de 48 x 68 cm + Calcomanías + Instructivo para realidad aumentada

Idioma: Español e inglés


ISBN: 978-628-01-3902-9



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